El psicópata de la escopeta
El psicópata de la escopeta
Engendro de pretexto financiero,
pasea arrogante…
Lo único recto es la escopeta
que mima, antes y después, de la faena.
Mientras su madre sufre desgarro
de ovario arrepentido
al ver a su crío asesino.
El diabo los cría
Y el capital los junta.
Estruendo de jubilado derrotado,
encumbre su cloaca.
Restricción de muchedumbre que lo graba,
comprime su espinazo.
Ya llegará la noche,
La oscuridad y la impunidad.
No va a la guerra,
pero carga plomo contra piedras.
Se piensa héroe de una película,
que sólo algunos entenderán.
Sonido de hueso fracturado
expanden sus fosas nasales.
Caverna de bruto amaestrado, avanza…
Ausencia de honor espolea al
carnicero de obreros,
al ejecutante de estudiantes,
al verdugo de viejos,
al mutilador de muchachas.
Mientras los amantes de ultratumba
caminan de la mano por las calles.
Y sólo él, los ve…
y lo detesta.
Son hormigas que robaban el azúcar,
allá en su infancia.
Tachuelas negras que sostenían su “rancha”
Y mengua la lluvia pétrea y monta,
todo el escenario es de él…
…dispara,
Se muerde los labios
como cuando va su reflejo en la sangre,
grosero cenicero de sobra humana.
Qué son las historias de palos y garrotazos?
Frente a su colección de cabezas perforadas.
Los insultos le son indiferentes.
El ácido corrosivo de ideas implantadas,
burbujea en su azotea.
Dispara al aire fingiéndose correcto
Pero las manos le chillan,
le chillan…
Al cuerpo, al cuerpo, al cuerpo.
Mientras el vaho lacrimógeno, ondea
el collar de ojos que lleva al pecho.
El color de los moretones
maquilla su cuerpo.
Porque su corazón no late,
va muerto hace años
y aún no lo entiende…
Es un reloj vacío,
sólo brazos y piernas.
El es… su proprio inferno.
El olor del otro alivia su tormento,
el grito ajeno acalla sus gritos.
Por entre el escudos de las hienas,
dispara y vuelve a esconderse.
sólo sigue órdenes…
Es un perro que aprendió a golpes.
Y la mano invisible de su patrón
acaricia su mollera
El psicópata de la escopeta
ronda las casas pobres,
e irónicamente,
apenas habla,..
cuando cuida los jardines de los señores.
Los suyos lo esperan sonriendo.
Psiquiátrico en llamas invisibles,
que a nadie preocupa apagar,
mucho menos a él,
que acarrea el pan lleno de coágulos
sobre la mesa.
Los regalos ensangrentados,
son cortesía de su amo…
texto y voz: Andrés Bianque Squadracci
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