Duas Pátrias
Duas pátrias eu
tenho: Cuba e a noite.
Ou as duas são uma? Nem bem retira
sua majestade o sol, com grandes véus
e um cravo à mão, silenciosa
Cuba qual viúva triste me aparece.
Eu sei qual é esse cravo sangrento
que na mão lhe estremece! Está vazio
meu peito, destruído está e vazio
onde estava o coração. Já é hora
de começar a morrer. A noite é boa
para dizer adeus. A luz estorva
e a palavra humana. O universo
fala melhor que o homem.
Qual bandeira
que convida a batalhar, a chama rubra
das velas flameja. As janelas
abro, já encolhido em mim. Muda, rompendo
as folhas do cravo, como uma nuvem
que obscurece o céu, Cuba, viúva, passa. . .
José Martí
Ou as duas são uma? Nem bem retira
sua majestade o sol, com grandes véus
e um cravo à mão, silenciosa
Cuba qual viúva triste me aparece.
Eu sei qual é esse cravo sangrento
que na mão lhe estremece! Está vazio
meu peito, destruído está e vazio
onde estava o coração. Já é hora
de começar a morrer. A noite é boa
para dizer adeus. A luz estorva
e a palavra humana. O universo
fala melhor que o homem.
Qual bandeira
que convida a batalhar, a chama rubra
das velas flameja. As janelas
abro, já encolhido em mim. Muda, rompendo
as folhas do cravo, como uma nuvem
que obscurece o céu, Cuba, viúva, passa. . .
MARTÍ, José. Poesia completa. Madrid: Alianza Editorial, 2001.
tradução: SAVARY, Olga.
Dos patrias
Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche.
¿O son una las dos? No bien retira
su majestad el sol, con largos velos
y un clavel en la mano, silenciosa
Cuba cual viuda triste me aparece.
¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento
que en la mano le tiembla! Está vacío
mi pecho, destrozado está y vacío
en donde estaba el corazón. Ya es hora
de empezar a morir. La noche es buena
para decir adiós. La luz estorba
y la palabra humana. El universo
habla mejor que el hombre.
Cual bandera que invita a batallar, la llama roja
de la vela flamea. Las ventanas
abro, ya estrecho en mí. Muda, rompiendo
las hojas del clavel, como una nube
que enturbia el cielo, Cuba, viuda, pasa...
Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche.
¿O son una las dos? No bien retira
su majestad el sol, con largos velos
y un clavel en la mano, silenciosa
Cuba cual viuda triste me aparece.
¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento
que en la mano le tiembla! Está vacío
mi pecho, destrozado está y vacío
en donde estaba el corazón. Ya es hora
de empezar a morir. La noche es buena
para decir adiós. La luz estorba
y la palabra humana. El universo
habla mejor que el hombre.
Cual bandera que invita a batallar, la llama roja
de la vela flamea. Las ventanas
abro, ya estrecho en mí. Muda, rompiendo
las hojas del clavel, como una nube
que enturbia el cielo, Cuba, viuda, pasa...
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