domingo, 8 de novembro de 2009

Álvaro Cunhal


10 de Novembro de 1913

Poema que Pablo Neruda dedicou a Álvaro Cunhal, então preso, em 1953

La Lámpara Marina

I


El Puerto Color de cielo

Cuando tú desembarcas
en Lisboa,
cielo
celeste y rosa rosa,
estuco blanco y oro,
pétalos de ladrillo,
las
casas,
las puertas,
los techos,
las
ventanas,
salpicadas del oro limonero,
del
azul ultramar de los navíos.

Cuando tú desembarcas
no conoces,
no sabes
que detrás de las ventanas
escuchan,
rondan
carceleros de
luto,
retóricos, correctos,
arreando
presos a las islas,
condenando al silencio,
pululando
como escuadras de sombras
bajo
ventanas verdes,
entre montes azules,
la policía
bajo las otoñales cornucopias
buscando portugueses,
rascando el suelo,
destinando los hombres a la
sombra.

II


La Cítara Olvidada

Oh Portugal hermoso
cesta de fruta y flores,
emerges
en la orilla plateada del océano,
en la
espuma de Europa,
con la
cítara de oro
que te dejó Camoens,
cantando con dulzura,
esparciendo en las
bocas del Atlántico
tu tempestuoso olor de vinerías,
de azahares marinos,
tu luminosa luna entrecortada
por nubes y tormentas.

III


Los presidios

Pero,
portugués de la calle,
entre nosotros,
nadie
nos escucha,
sabes
dónde
está Álvaro Cunhal?
Reconoces la ausencia
del valiente
Militão?
Muchacha portuguesa,
pasas
como bailando
por las calles
rosadas de Lisboa,
pero,
sabes dónde cayó
Bento Gonçalves,
el portugués más
puro,
el honor de
tu mar e de tu arena?
Sabes
que existe
una isla,
la isla de la
Sal,
y Tarrafal en ella
vierte
sombra?
Sí, lo sabes, muchacha,
muchacho, sí, lo sabes.
En silencio
la palabra
anda con lentitud pero recorre
no sólo el Portugal,
sino la tierra.
Sí, sabemos,
en
remotos países,
que hace treinta años
una lápida
espesa
como tumba o como túnica
de clerical murciélago,
ahoga, Portugal,
tu triste trino,
salpica
tu dulzura
con
gotas de martirio
y mantiene sus
cúpulas de sombra.


IV


El Mar Y Los Jazmines

De
tu mano pequeña en otra hora
salieron
criaturas
desgranadas
en el asombro de la
geografia.
Así volvió Camoens
a dejarte
una rama de jazmines
que siguió floreciendo.
La inteligencia ardió
como una viña
de
transparentes uvas
en
tu raza.

Guerra Junqueiro entre las olas
dejó caer su trueno
de libertad bravía
que transportó el océano en su canto,
y otros multiplicaron
tu esplendor de rosales y racimos
como si de tu territorio estrecho
salieran
grandes manos
derramando semillas
para toda la tierra.

Sin
embargo,
el tiempo
te ha enterrado.
El
polvo clerical
acumulado en Coimbra
cayó en
tu rostro
de naranja oceánica
y cubrió el
esplendor de tu cintura.

V


La Lámpara Marina

Portugal,
vuelve al
mar, a tus navíos,
Portugal, vuelve al hombre, al marinero,
vuelve a la tierra tuya, a
tu fragancia,
a
tu razón libre en el viento,
de nuevo
a la
luz matutina
del clavel y la
espuma.
Muéstranos
tu tesoro,
tus hombres, tus mujeres.
No escondas más
tu rostro
de embarcación valiente
puesta en las avanzadas de Océano.
Portugal, navegante,
descubridor de islas,
inventor de pimientas,
descubre el nuevo hombre,
las islas asombradas,
descubre el archipélago en el tiempo.

La
súbita
aparición
del pan
sobre la mesa,
la
aurora,
tú, descúbrela,
descubridor de
auroras.
Cómo es
esto?
Cómo puedes negarte
al
ciclo de la luzque mostraste
caminos a los ciegos?

Tú, dulce y
férreo y viejo,
angosto y
ancho padre
del
horizonte, cómo
puedes
cerrar la puerta
a los nuevos racimos
y al viento con estrellas del
Oriente?

Proa de Europa, busca
en la corriente
las
olas ancestrales,
la
marítima barba
de Camoens.
Rompe
las telaranãs
que cubren tu fragrante arboladura,
y entonces
a nosotros los hijos de
tus hijos
aquellos
para quienes
descubriste la
arena
hasta entonces oscura
de la geografía
deslumbrante,
muéstranos
que tú puedes
atravesar de nuevo
el nuevo
mar oscuro
y descubrir al hombre
que ha nacido
en las islas más
grandes de la tierra.

Navega, Portugal, la
hora
llégó, levanta
tu estatura de proa
y
entre las islas y los hombres vuelve
a
ser camino.

En esta edad agrega
tu luz, vuelve a ser lámpara:
aprenderás de nuevo a
ser estrella.


Pablo Neruda


Poema extraído de Obras Completas, 3ª ed. aumentada,

Buenos Aires, Editorial Losada, Col. Cumbre, 1967



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