IRMÃO NEGRO
Ó negro, irmão negro,
estás em mim: fala!
Ó negro, irmão negro,
estou em ti: canta!
Tua voz — em minha voz,
tua angústia — em minha voz,
teu sangue — em minha voz...
Também sou tua raça!
Ó negro, irmão negro,
o mais forte, o mais triste,
o mais cheio de cantos e lágrimas!
Tu possuis o canto,
porque a selva te deu em suas noites
seus ritmos bárbaros;
tu possuis o pranto,
porque te deram os grandes rios cauda de lágrimas.
Ó negro, irmão negro,
mais negro pele dor que pela raça!
Tu foste livre, sim sobre a
Terra,
tal como as bestas, tal como as árvores,
como os teus rios, como os teus sóis...
Foi sob os céus tua larga cara uma gargalhada.
E logo, escravo,
sentiste o látego
incendiar-te a carne de humana cólera,
e, ardendo em pranto,
cantavas.
Ó negro, irmão negro!
tão forte no sofrer que ao chorar cantas!
Para seus gozos
o rico faz de ti um brinquedo.
E em Paris, e em New York, e em Madri, e em Havana,
tal como bibelôs,
se fabricam negros de palha para exportação;
há homens que te pagam com fome o teu riso:
traficam com o teu suor,
comerciam com a tua dor,
e tu ris, e te entregas, e danças.
Amaste alguma vez?
Ah, se tu amas, tua carne é bárbara.
Gritaste alguma vez?
Ah, se tu gritas, tua voz é bárbara.
Viveste alguma vez?
Ah, se tu vives, tua raça é bárbara.
E é só por tua pele? É só por
tua cor?
Não é só pela cor, é por tu seres,
para o preconceito da raça,
homem explorado.
Ó negro, irmão negro,
cala um pouco os teus maracás.
E aprende aqui,
e mira ali,
e escuta lá em Scottsboro, em Scottsboro,
entre um clamor de angústia escrava,
ânsias de homem,
iras de homem,
dor e desejo humano de homem sem raça.
Ó negro, irmão negro,
enluta um pouco o teu bongó.
Não somos mais que negro?
Não somos mais de jácara?
Não somos mais que rumba, luxúrias negras
e comparsas?
Não somos mais que trejeito e cor,
trejeito e cor?
Aprende aqui,
e escuta ali,
e mira lá em Scottsboro, em Scottsboro,
sob vestido de pele negra,
homens que sangram.
Ó negro, irmão negro;
mais irmão nos anseios que na raça.
Negro no Haiti, negro em Jamaica, negro em
New York, negro em Havana,
— dor que em vitrinas negras vende a exploração —
escuta lá em Scottsboro, em Scottsboro...
Dá ao mundo com tua angústia rebelde
tua humana voz...
e abafa um pouco os teus maracás!
Tradução de AURÉLIO BUARQUE DE HOLANDA FERREIRA
HERMANO NEGRO
Negro, hermano negro,
tú estás en mí: ¡habla!
Negro, Hermano negro,
yo estoy en ti: ¡canta!
Tu voz está en mi voz,
tu angustia está en mi voz,
tu sangre está en mi voz...
También yo soy tu raza!
Negro, hermano negro,
el más fuerte, el más triste,
el más lleno de cantos y lágrimas!
Tú tienes el canto,
porque la selva te dio en sus noches
tus ritmos bárbaros;
tú tienes el llanto,
porque te dieron los grandes ríos raudal de lágrimas.
Negro, hermano negro;
más negro por dolor que por la raza!
Tú fuiste libre sobre
la tierra,
como las bestias, como los árboles,
como tus ríos, como tus soles...
Fue carcajada bajo los cielos tu cara ancha.
Y luego, esclavo,
sentiste el látigo
encender tu carne de humana cólera,
cantabas.
Negro, Hermano negro!
Tan fuerte en el dolor que al llorar cantas!
Para sus goces
el rico hace de ti un juguete.
Y en París, y en New York, y en Madrid,
y en la Habana,
igual que bibelots,
se fabrican negros de paja para la exportación;
hay hombres que te pagan con hambre la risa:
trafican con tu sudor,
comercian con tu dolor,
y tú ríes, te entregas y danzas.
¿Tú amaste alguna vez?
Ah, si tú amas, tu carne es bárbara.
¿Gritaste alguna vez?
Ah, si tú gritas, tu voz es bárbara.
¿Viviste alguna vez?
Ah, si tú vives, tu raza es bárbara.
¿Y es sólo por tu piel? ¿es sólo por color?
No es solo por color, es porque eres,
bajo el prejuicio de la raza,
hombre explotado.
Negro, hermano negro,
silencia un poco tus maracas.
Y aprende aquí,
y mira allí,
y escucha allá en Scottsboro, en Scottsboro,
entre un clamor de angustia esclava,
ansias de hombre,
iras de hombre,
dolor y anhelo humano de hombre sin raza.
Negro, hermano negro,
enluta un poco tu bongó.
¿No somos más que negro?
¿No somos más que jácara?
¿No somos más que rumba, lujurias negras
y comparsas ?
¿No somos más que mueca y color,
mueca e color?
Aprende aqui,
y escucha allí,
y mira allá en Scottsboro, en Scottsboro,
bajo vestido de piel negra,
hombres que sangran.
Negro, hermano negro,
más Hermano en el ansia que en la raza.
Negro en Haití, negro en Jamaica, negro en
New York, negro en la Habana,
— dolor que en vitrinas negras vende la
explotación —
escucha allá en Scottsboro, en Scottsboro,
en Scottsboro...
Da al mundo con tu angustia rebelde
tu humana voz...
¡y apaga un poco tus maracas!
(1896-1983)
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