A ginkgo
A ginkgo, a mais velha das árvores, existe no mundo desde a época dos dinossauros.
Dizem que as suas folhas em leque aliviam a asma, dores de cabeça e os achaques da velhice. E está provado que folhas são também o melhor remédio contra a falta de memória.
Quando a bomba atómica transformou a cidade de Hiroshima num deserto de escuridão, perto do centro da explosão uma velha ginkgo ficou carbonizada. A árvore estava tão queimada quanto o templo budista que a árvore protegia.
Três anos depois, alguém descobriu uma pequena luz verde saindo do carvão. A ginkgo morta havia ressuscitado. A árvore renasceu, abriu os braços, floresceu.
Esse sobrevivente do massacre ainda lá está.
Eduardo
Galeano
El ginkgo, el más antiguo de los árboles, está en el mundo desde la época de los dinosaurios.
Dicen que sus hojas de abanico alivian el asma, el dolor de cabeza y los achaques de la vejez.
Y está probado que esas hojas son, también, el mejor remedio contra la mala memoria. Cuando la bomba atómica convirtió a la ciudad de Hiroshima en un desierto de negrura, un viejo ginkgo cayó fulminado cerca del centro de la explosión. El árbol quedó tan calcinado como el templo budista que el árbol protegía.
Tres años después, alguien descubrió que una lucecita verde asomaba en el carbón. El ginkgo muerto había dado un brote. El árbol renació, abrió sus brazos, floreció. Ese sobreviviente de la matanza sigue estando ahí.
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